jueves, 26 de abril de 2012



··Reflexiones en el subte línea A·· 

Cuando bajo al subte y tarda me cuelgo mirando las tapas de revistas del puestito. Siempre pienso lo mismo cuando veo la Cosmopolitan pienso "uh, se van al carajo con el retoque, ¿cómo mierda hacen para transformar a todas las minas en clones?" Una vez de lejos pensé que era Britney Spears y cuando me acerqué era Beyoncé y ahi pensé: "Ah, bueno...". 
No es novedad, ninguna tiene un lunar o un granito o una ojera. Y me puse del lado de ellas (¡qué solidaria!) Pensé: "¿Qué onda que te hagan fotos y después que te transformen en otra cosa? Y mirarte al espejo y no tener nada que ver con la tapa de esa revista?" 
Igual a la mayoría le chupará un huevo, saben que el juego es así y lo juegan. Pero te ponen los ojos más claros, la piel más clara, te quitan una pequeña cicatriz, te afinan la cara, - ¿tantos defectos tengo?-  y yo que me veía linda. Y ni hablar de la consumidora común que se come la mentirita doblada. Mi sensación es que todos se van a cansar de las pieles perfectas y volveremos a los poros de los 80s.
Bueno la cuestión es que empatizando con las actrices/modelos decidí agarrar una foto mía (la que puse en mi perfil, que la puse porque me gusta como estoy) y hacerle el retoque de moda. Me quité los lunares y pecas y una cicatriz de cuando tuve varicela cuanto tenía un año, alisé toda la piel; le quité brillos, poros y ojeras. Cuando pensé que ya estaba dije "Me voy a achicar y redondear la oreja, me voy a afinar y peinar la ceja, me voy a afinar la cara, los ojos más verdes (ahí me di cuenta de que el retoque es puede ser infinito y enfermizo). Cuando puse las dos juntas, la primera impresión fue "uh! la foto que pensaba que estaba bien al principio me muestra baqueteada (??!!)" Claro, al lado de la otra "maquillada y con cirugía estética". Pero al toque empecé a ver la retocada horrible, fría, sin personalidad. Asco. Y mi conclusión fue la que pensaba que iba a tener: El abuso de Photoshop es una mierda.




sábado, 24 de abril de 2010


DIA VEINTISIETE sábado 24 de abril
Estoy fuerte. Me siento muy bien, ya estoy trabajando y gracias a los efectos adrenalínicos y alucinatorios de esta medicina, mi trabajo se está potenciando. Los días de poca sangre terminaron. Los análisis me dicen que ya circula la cantidad que tiene que circular, voy con el tanque lleno y se nota. Mi cuerpo me responde con los mejores reflejos. Sigo cuidándome de sus efectos secundarios a través de la comida y ejercicios de rehabilitación. 
Hoy cierro este capítulo, el nombre del blog ya no representa mi situación. Muchas gracias a todos los que me mandaron mensajitos de (buen) aliento. Y gracias a todos los que me dieron mucho amor por todos los medios.
Una conclusión de muchas: en estos días de ermitaña, de caminar por las mismas habitaciones, encontré todas las cosas rotas que estaban esperando al mesías del arreglo. Cosas de electrónica (luces) o mecánicas que yo pensaba que "las tenía que arreglar otro, porque yo... ni puta idea". El tajo profundo que significó esta anemia en la tela e mi vida cotidiana, hizo que todo lo que tenía frente a mis ojos cambiara de lugar en mi escala. Entonces me empecé a acercar a estos objetos averiados y a ver qué les pasaba. No podía ser tan difícil averiguarlo y tratar de hacer algo. Encontré mucha satisfacción en abrirlos, mirarlos, estudiarlos, arreglarlos y ver cómo después funcionaban lo más bien. 

miércoles, 21 de abril de 2010


DIA VEINTICUATRO miércoles 21 de abril
Hoy me dediqué a disfrutar, aprovechar y abusar de los efectos espídicos de los corticoides. Hice tantas cosas desde las 5:30 am, ahora son las 20:00hs y tengo sueño. Los días tienen más de 24 horas. El viernes bajo la dosis de 40 mg a 20mg.

martes, 20 de abril de 2010



DIA VEINTITRES martes 20/04/10
El hematocrito es el porcentaje del volumen de la sangre que ocupa la fracción de los glóbulos rojos. Los valores normales van de 36 a 45. Hace 3 semanas los míos estaban en 18. Hoy en 37. ¡Soy normal! El medico me palpó el bazo "Ya casi casi está en su tamaño normal". Cuánta normalidad por todas partes. Me siento muy bien, normal no, muy bien. Tengo que rehabilitar los músculos y ya podré bailar.
"No tenés historia clínica acá así que te tengo que hacer algunas preguntas". Me dijo el médico mientras yo entre paréntesis reproducía mentalmente una escena de hace un año y medio: Volvía de España después de haber pasado una temporada larga allá. Ordenando mi casa había encontrado una carpeta de unos 10 cm de grosor asfixiada de análisis y estudios desde mis 12 años. Me sentía tan bien y feliz que todas esas reminiscencias de enfermedad no me representaban para nada. Decreté que ya no tenía nada, que estaba perfecta, que mi sangre era normal. Llevé la carpeta al patio, rompí todo y armé una montaña. Prendí un encendedor y me quedé mirando cómo se consumía todo, le saqué fotos. Tuve que entrar corriendo a la cocina a buscar agua porque el fuego se empezó a desparramar por el viento. Barrí el carboncito y tiré la anemia a la basura.
Eso pensaba mientras el médico trataba de reconstruirme con preguntas. Me dijo que hasta ahora mis anemias habían sido por anticuerpos calientes, que era más normal (normalnormalnormal, ¿normal viene de norma?), pero esta vez aparecieron unos fríos y eso era raro. "Cuando estés con baja dosis de corticoides te voy a estudiar entera porque estos anticuerpos indican que hay algo más"
Tener que responder al médico me transportó un poco por mi historia. A los 12 años tuve la primera anemia. Me internaron y estuve varios días en terapia intensiva. Hace dos años me enteré que hubo un momento que me habían creído muerta. Hoy en la sala de espera abrí un libro de Antonio Prochia. Leí la primera frase: "Quien ha visto vaciarse todo, casi sabe de qué se llena todo."

lunes, 19 de abril de 2010







DIA VEINTIDOS lunes 19/04/10
Probé lo del photoshop. Funcionó un poco. Siempre funciona relativizar. Prefiero no imaginarme quién es el último eslabón del consuelo "hay gente que está peor".
Cambios vertiginosos de humor durante todo el día que empezó a las 5:30 am.

domingo, 18 de abril de 2010



DIA VEINTIUNO domingo 18/04/10
Ayer fue mi primera salida nocturna después de tres semanas. Me dormí a las 4:30 am y me desperté a las 8:00. Estas "mañanas nocturnas" hacen que los días duren mucho, que mientras pienso que ya es mediodía todavía son las 11:00. Hago muchas cosas por día, las actividades se elevan, no se multiplican. Me despierto con la cara bastante hinchada, suavecita de tan estirada. Ay, mami, que no explote. Siento la cortisona en mis cachetes cuando tiemblan con el motor del colectivo. Pienso que a todos les llama la atención. -Para ná, nadie te mira egocéntrica-. Yo sola me doy cuenta, yo soy la que tengo mi punto de referencia. La que siente que está retocada con photoshop, con el filtro de agrandar tetas, pero usado para la cara. En realidad para hacer una cara hinchada con photoshop lo mejor es achicar los ojos primero así parece que se hunden en una masa de piel. Pienso en retocar alguna foto mía, hinchar la cara muchiiiisimo, que los ojos y la nariz aparezcan asfixiados por dos bolas gigantes de piel rosada. Entonces mirar la foto retocada y pensar: "Uh, qué bueno, no me hinché nada" 
Después de pensar en estas cosas me siento superficial. No debería importarme, ¿no? después de todo es el mal menor. Pero sí, es un sello estampado en la cara de todo lo que está circulando por mi sangre, y los efectos secundarios internos.
Vino un amigo y me trajo una película japonesa hermosa que vimos juntos con otra amiga más: "Okuribito" (The departure). Habla de la muerte, entre miles de cosas más. No polariza ni a los personajes, ni a las emociones. Eso me relaja. Nada es 100% malo ni 100% bueno, nadie es ni tan bueno ni tan boludo.

sábado, 17 de abril de 2010


DIA VEINTE sábado 17/04/10
Me siento muy bien. Pero MUY. La cortisona es muy fuerte, eficaz, rápida y hasta parece mágica. Me pide que le agradezca. Pero no me inspira arrodillarme. Es como una campaña electoral muy bien hecha (creo que nunca ví una), creés todo, después aparecen las consecuencias reales y materiales. Estos son algunos de los efectos secundarios más frecuentes en tratamientos prolongados de cortisona (más de 5 días) con dosis altas (más de 40 mg).
  • Obesidad central con abdomen protuberante y extremidades delgadas
  • Cara de luna llena (redonda y roja)
  • Hipertensión arterial (entre los mecanismos causantes de la hipertensión en estos pacientes está la retención de sodio que producen los corticoides)
  • Dolores de espalda y de cabeza
  • Acné
  • Hirsutismo (exceso de vello)
  • Impotencia
  • Amenorrea (ausencia de la menstruación)
  • Sed
  • Descalcificación de los huesos
  • Aumento de la micción (orina)
  • Joroba/Giba de búfalo (una acumulación de grasa entre los hombros)
  • Aumento de peso involuntario
  • Debilidad muscular
  • Estrías rojo-vinosas
  • Hematomas frecuentes por fragilidad capilar
  • Úlceras
  • Diabetes
  • Fatigabilidad fácil
  • Falta de libido
  • Irritabilidad
  • Baja autoestima
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Psicosis
Ahora empieza la batalla contra lo colateral, ya fiché cuales puedo paliar con la danza, con los alimentos y con la actitud.
Parece una especie de dictadura del proletariado por la que hay que pasar para llegar al sistema ideal. 
El lunes me hacen análisis de nuevo y si vá todo bien me bajan la dosis.