jueves, 8 de abril de 2010










DIA ONCE jueves 08/04/10
Hoy me levanté convencida de que ya estaba recuperada. Programé ir a una exposición de Grete Stern, una de mis preferidas, e ir a buscar unas fotos al laboratorio. Acompañada, claro. Me desperté explicándole a mi mamá ejercicios de estiramiento, cómo alinear la columna tratando de pegarla toda contra la pared. Desayunamos. Bajamos y caminamos unas cuadras para comprar unos cables (mi mamá está arreglando cosas domésticas, gracias). Después de la quinta cuadra, a mitad de velocidad de la primera paramos a tomar algo. Después del quinto sorbo de té en el Bar Americano de Acoyte, mi cuerpo estaba un quinto hundido en la silla, o sea la nuca contra el respaldo de la silla. La columna menos que alineada, más que un zigzag. "Vamos, te cambió la cara"
"Sí, estoy cansada" dije
Volvimos lento a casa. Ni siquiera llegamos al mediodía, quizás un quinto de día. Tuve que acostarme: taquicardia. Solo caminar y hace dos semanas estaba en la barra de danza.
Habré decretado en sueños que hoy ya estaba, que pasó más de una semana y basta, pero mi cuerpo es el dictador. Me bajó de un hondazo.
Ayer con un amigo que me trajo un cd con pelis hablamos de la omnipotencia, cuando le explicaba que no entendía porqué era mi cuerpo el que se volvía en contra de mi sangre, que si era así entonces yo tendría que sí o sí poder controlarlo porque se trataba nada más que de algo contenido en mí, entonces en mí estaba la respuesta.
Ayer otro amigo me escribió: "sentirse inseguro es estar vivo"
Hoy sentí que no controlaba. Me acordé de la campaña del Dr. Mirolli "¡Fleco, te dan muchas ganas, pero no tenés con qué!"
La sangre que tengo todavía no alcanza para movimientos tan simples como caminar unas cuadras, todavía tengo que reservarla. Pero mentalmente ya me levanté. Hoy sentí desconexión entre mi espíritu y mi cuerpo. Quise inducir.
¿Quizás tenga que encontrar el placer en la entrega?
Me ví una peli de Brian de Palma, Sister. La chica tomaba muchas pastillas y me hizo acordar a mi cocktail mañanero. Las películas siempre le hablan a uno. Sobre todo cuando estás enamorado o enfermo.
La noche termina cenando con mi hermano y mi mamá, hablando tanto que me olvido de los glóbulos, entregada en una charla con dos personas que quiero tanto.
Y me retracto de separar a mi cuerpo de mi espíritu, creo que me está avisando eso: que es lo mismo.

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