viernes, 9 de abril de 2010



DIA DOCE viernes 09/04/10
Hoy mi papá tocó el timbre temprano. Vino a desayunar. Mientras él laburaba en su compu yo abrí el regalo que me trajo estos días un amigo muy querido. 
El regalo: unos acrílicos y pinceles. "Sabía que no podías comer chocolates y cosas así y pensé que te iba a gustar" me dijo en coruñés.
"Genial" 
Entonces hoy a la mañana agarré unas lámparas de mesa de casa y las empecé a pintar. Buena actividad para quedarme sentada. Elegí colores. Empecé a tapar con rojo ese beige cobarde que no dice nada. Trabajé mucho, la paciencia digo. Porque se seguía viendo el color original y ya quería darle la segunda mano y cuando empezaba a darle la segunda mano como todavía estaba húmedo el rojo en vez de tapar volvía a aparecer ese beige insoportablemente neutro. Me enojaba y levantaba la vista y veía a mi papá concentradísimo en su clase frente a la pantalla (o quizás estaba jugando al solitario). 
"Esperá que se seque y mientras esperás, tratá de no hacer otra cosa, por favor" me pedía a mi misma. "Tratá"
Estoy ejercitando ser maestra y aprendiz a la vez, asesina y asesinada. Creo que esto de la lucha interna de anticuerpos contra cuerpos a favor de cuerpos que al querer defender atacan, puede traer tanta confusión como claridad. Y estoy buscándole la claridad, pero no en ese beige horrible de la lámpara. Ya se secó el rojo. Le di la segunda mano y se tapó. Qué alivio. Hay que respetar los momentos. 
Una amiga médica de mi mamá le dijo que no me sintiera culpable de no haberme dado cuenta antes de la anemia.
Un amigo colombiano me escribió y aconsejó para la anemia comer hígado con pajarilla "En Colombia se dice pajarilla, creo que es el bazo de la vaca, no sé" me dijo
Mi mamá bajó al mercado, pero la mandaron a conseguir eso "a algún matadero señora, acá no".
Entonces el menú fue de hígado. Se quedó mi papá a comer y comimos los tres. 
Creo que los enfermos inspiran conversaciones sinceras.
Me acosté en el sillón con un libro en la mano sin empezar que me trajo una amiga. Leí los datos del autor en la parte de atrás. En un momento decía que en el año 1941 había enfermado y había tenido que parar con sus actividades por un período. Quise hacer la cuenta con su fecha de nacimiento para ver cuántos años tenía. Era una cuenta facilísima y no podía hacerla. Tengo ese tipo de síntomas, igual que la disminución de la vista. Una especie de malfuncionamiento general, o quizás reacomodamiento de todo, no sé. Reconocer estos síntomas me trae paz. Me agotó no poder hacer la cuenta y me dormí unos minutos.
Me desperté y mi mamá estaba haciendo cosas de la casa. Se puso a tomar mate al lado mío y charlamos, ella también me trae paz.
A la tarde vinieron dos amigazas, nos quedamos hablando de miles de cosas, me hacen olvidar de los glóbulos rojos. Me traen regalos hermosos.
Siento la cortisona en la cara.

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